Calado hasta los huesos en plena vía
comienza un nuevo día,
un día menos,
sin brillo en unos ojos
que ya no miran
personas cuyos ojos no brillan.
La vida se atraganta y sus delirios
comienzan a hacer mella en su cabeza,
delante de la puerta hay un pasillo
y un timbre
sin sonido
nunca hay respuesta.
Va matando las horas y ellas a él,
va peinando las calles con su pincel
de ramas
de árbol seco en plena primavera,
de ramas
de árbol muerto,
caducan sus quimeras.
En un papel manchado “maldita suerte”,
entre una frágil letra entiendo
“nena pude haber escogido la pena de muerte,
pero yo he preferido morir de pena”.
Va matando las horas y ellas le han matado a él,
ya no peina las calles con su pincel,
de ramas
de árbol seco en plena primavera,
derrame de silencio
en su escalera.